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EVANGELISMO Y MISIONES

Este ensayo tiene el objetivo de enseñar a la Iglesia de Jesucristo los principios de la teología reformada, su contexto y antecedentes, y su comprensión de dos doctrinas fundamentales en la Iglesia: evangelismo y misiones. Asi tambien se enseñará en la primera sección algunas personas que dieron fuerza a este movimiento protestante.

En la segunda parte del ensayo se evidenciará cómo la reforma protestante introdujo una teología sistemática y bíblica desde la teología del pacto, en la que comprendió que Dios en Su Plan de Redención se ha relacionado con el ser humano por medio de tres pactos, los cuales se explicaran más adelante de manera general y su relación con el tema central de este ensayo que es el evangelismo y las misiones.

En el tercer punto se dará una reflexión a la Iglesia sobre su labor de evangelización y la manera en la que debe proceder o ver la misma, no como un acto de obras sino de Gracia, no como un pretexto para el orgullo sino para el agradecimiento y la humildad, asi tambien como el primer paso hacia el discipulado.

Por último, en el presente ensayo se darán unos consejos prácticos para el momento de evangelizar, los cuales responden a la pregunta de cómo evangelizar desde la teología reformada que se basa en las Sagradas Escrituras y reconoce a los diferentes reformadores que procuraron enseñar con claridad el mensaje de la Biblia a las personas del pueblo en su lengua común, procurando traducir la Biblia de una lengua desconocida a una conocida, porque comprendieron que el propósito de Dios no era restringir la Biblia al pueblo sino que todos la tuvieran en su idioma.


Teología Reformada

La teología reformada debe comprenderse desde los dos conceptos que la componen: teología y reforma. En primer lugar la teología desde su definición etimológica significa el estudio de Dios, puesto que su palabra está compuesta de dos términos griegos: theos: Dios y logos: estudio, como dice José Grau es “una ciencia porque, como cualquier otra ciencia, ella no crea sino que descubre los hechos ya existentes”[1] y en cuanto a hechos, la teología evangélica o de la reforma, reconoce a la Biblia como la revelación especial en donde están los hechos que deben ser estudiados para conocer a Dios, porque es en ella en donde Dios se ha revelado al ser humano de una manera especial.

Para comprender un poco mejor la teología reformada es necesario entender el contexto que la formaliza: la Reforma. El contexto de la Reforma nace en medio de la doctrina católica romana, por lo que tiene sus antecedentes en el catolicismo. De manera muy resumida se explicarán a continuación algunos de estos antecedentes:

Un par de siglos antes del movimiento protestante, a finales del siglo XIII y a comienzos del XIV se desencadenó una disputa muy fuerte entre el rey de Francia y el papa de la época, asi tambien se empezaron a incrementar los abusos y la corrupción en el catolicismo romano generando un conjunto de enseñanzas y practicas cada vez más pecaminosas, sincretistas e inciertas, lo que promovió rápidamente la instauración de un nuevo papa, por lo que tiempo después no había solo uno sino dos papas, uno en Roma y otro en Francia.

Los dos papas fueron calificados por John Wyclife, la estrella de la mañana de la reforma, como “dos lobos y dos demonios que luchaban entre sí”.[2] Suena un poco fuerte lo que dijo Wyclife, pero realmente fue muy educado en sus términos para referirse a estos hombres que tanto daño hicieron a la humanidad. Aunque hombres como Wyclife murieron la Verdad no murió, como dijo Fox: “Porque aunque exhumaron su cuerpo, quemaron sus huesos y ahogaron sus cenizas, no pudieron sin embargo quemar la palabra de Dios y la verdad de Su doctrina, ni el fruto y triunfo de la misma”. [3] Pero tiempo después, a comienzos del siglo XV, desde el concilio de Constanza que promovió una reforma, llegó un tercero y nuevo papa[4]. Es asi que surgió un gobierno papal cada vez más dependiente del concilio el cual determinó condenar a Jan Huss, teólogo y precursor de la Reforma y quien según afirmaron algunos que estuvieron presentes en su muerte, antes de ser quemado, dijo: “vas a asar un ganso,​ pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar”, lo cual ocurriría con Martin Lutero 100 años después.[5]

Lo anterior no solo provocó una serie de disputas que terminaron creando un nuevo concilio que produjo un nuevo papa, el cual ordenó la muerte del enemigo de los tres papas: Jan Huss, un fiel ministro de Jesucristo; sino que la penitencia se convirtió en uno de los sacramentos más importantes. De esta manera el penitente tenía tres cosas que hacer para ser perdonado: una confesión verbal, obras de satisfacción e indulgencias, que actualmente se conocen como “contrición, confesión y satisfacción”[6], que en resumen busca que el penitente confiese su pecado ante otra persona de forma verbal, asi como la naturaleza del mismo, para luego satisfacer su delito en la oración, ayuno y tambien limosnas, pero no solo eso sino que lo más importante y que le dio mayor énfasis el catolicismo romano en la época de Lutero fue la indulgencia del penitente de dar dinero a la iglesia para ser perdonado.

Lo anterior no solo sigue vigente en la iglesia tradicional o tambien llamada iglesia católica romana, sino tambien en muchas otras que se hacen llamar a sí mismas cristianas, aunque de maneras diferentes mantiene la misma esencia de corrupción: pasos diseñados por hombres y doctrinas extrañas que solo buscan manipular la conciencia humana a través de obras humanas, aunque expresen lo contrario.

En la Reforma cada reglamento de la iglesia católica romana tenía la principal intención de enriquecer a la iglesia, lo cual fue debidamente notorio, pues fue la época en la se vio un mayor enriquecimiento de la iglesia católica romana, misma época de conquistas devastadoras, cruzadas aniquiladoras y un proceder sin escrúpulos que evidenciaron lo que en verdad era y quería la iglesia católica romana, un completo desastre, por lo que en este contexto se puede comprender de una mejor manera el valor de la reforma aun para quienes no eran cristianos como un gran alivio en tiempos tormentosos.

John Wyclife, el prereformador y elemento relevante para la reforma, escribió un libro mucho antes de Lutero llamado “Sobre la Iglesia” en donde reconoció a través del estudio de las Escrituras que la autoridad del papa estaba sometida a las Escrituras y si este no se somete a las Escrituras no tiene autoridad. La conclusión anterior expuesta a muchos de sus estudiantes produjo un movimiento introducido por Wyclife, liderado por sus estudiantes que se llamarían los lolardos, porque hablaban en contra de la iglesia católica romana. Considerando asi lo anterior se puede definir que la característica fundamental de la teología reformada es:

su voluntad de prestar gozosa obediencia a la autoridad soberana de Dios tal como ésta se expresa en Su Revelación, registrada hoy en los libros canónicos de la Escritura hebreo-cristiana. Esta Escritura es la fuente, la norma y la regla infalible de fe para la Teología Evangélica. En ella encuentra la revelación objetiva de Dios, centrada en la obra redentora de Jesucristo.[7]

 

La Teología del Pacto

La distancia entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia en cuanto Creador, no podrán tener disfrute de Él como bienaventuranza o galardón, a no ser por una condescendencia voluntaria por parte de Dios, habiéndole placido a Él expresarla por medio de pacto[8]

La teología del pacto, para muchos reformadores es un sinónimo de la teología de la reforma, porque fue asi que la gran mayoría de reformadores interpretaron las Sagradas Escrituras. Esta corriente teológica enseña en su teología sistemática que la teología de las Sagradas Escrituras es la teología del pacto, porque en el estudio de la Biblia de forma cronológica y diacrónica (teología bíblica) comprende que la historia de la redención se ha dado por pactos, en específico por tres.

La teología del pacto es una teología sistemática que interpreta la Biblia en su contexto general de redención desde tres pactos: pacto de redención, de obras y de gracia. Estos pactos son entendidos como contratos o acuerdos formales que Dios hace con el hombre bajo parámetros no acordados entre ambos sino solo entre Dios.

El Pacto de Dios con la humanidad es perfectamente bueno, enseña que el problema del pecado no es de Dios sino del hombre y de algunos ángeles, que en medio de este problema el Señor mostró misericordia a los hombres, pero no a todos sino solo a los que escogió por Gracia lleva al estado de relación con El. Ahora, esto tambien permite comprender que solo los elegidos, tanto ángeles como hombres, pueden glorificar a Dios y que el pacto de Dios con la humanidad es para todas las naciones y no solo para un pueblo en particular.

La superioridad definitiva del Nuevo Pacto con relación a los que le procedieron es expresada en la muerte expiatoria de Jesucristo que afirma al creyente e inaugura la Iglesia, confirmándola como Su pueblo santo, y tendrá culminación cuando Jesucristo regrese. Asi tambien confirma la esperanza en que de los mencionados dos árboles especiales que el Señor había hecho (Genesis 2: 7-9), la Iglesia podrá comer del fruto del árbol de la vida para disfrutar en la eternidad de Su Señor asi será determinada su glorificación en un nuevo cuerpo incorruptible, sin pecado, que podrá disfrutar plenamente de la Santidad del Señor.


Evangelismo y misiones

Dios ha usado a través de los años a diferentes personas para que predicaran el mensaje del evangelio, muchos de ellos dieron hasta su propia vida para entregar el mensaje de las Escrituras con fidelidad, como dijo Eusebio “realizaban la obra de evangelista, afanándose en predicar a los que todavía no habían escuchado la palabra de la fe y en transmitir el texto de los divinos evangelios”. [9] Conforme al contexto de la reforma también se evidencia que el trabajo de los reformadores fue principalmente evangelístico y misionero porque procuraron entregar con fidelidad la Palabra de Dios en el idioma del pueblo al pueblo, no solo a unos cuantos, elegidos por sus estudios o posición económica, sino a todos los que podían, porque entendieron que el evangelio es un mensaje para todos.

El evangelio es el mensaje de la buena noticia que enseña la Biblia a todo aquel que se arrepiente y cree en Jesucristo, no es un mensaje que debe ser predicado a solo los elegidos, porque nadie sabe sino solo Dios quienes son los predestinados para la salvación, sino es un mensaje que debe ser entregado a todos de la misma manera, por lo tanto el que evangeliza no debe preocuparse por las personas que lo escuchan sino primeramente por entregar fielmente el mensaje de Dios.

Después del discipulado viene el evangelismo, es asi que el Señor después de dar instrucciones a sus discípulos, enseñándoles su Palabra, los envió a proclamar el reino de Dios (Lucas 9), luego escogió a otros 70 y los envió de dos en dos para que fueran a diferentes lugares a predicar el evangelio en donde les recibieren diciéndoles “se ha acercado a ustedes el reino de Dios” (Lucas 10:9). Después de que llegaron los discípulos contentos de que hasta los demonios se les sujetaban en el Nombre de Jesucristo, el Señor los escuchó y compartió este tiempo de regocijo con ellos, pero les dijo y dice a Su Iglesia “Sin embargo, no se regocijen en esto, de que los espíritus se les sometan, sino regocíjense de que sus nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:20)

No hay nada mayor y mejor que saber que eres salvo, es una verdad que debe ser recordada por todo cristiano, todos los dias de su vida, porque en esta verdad evita caer en el orgullo, la soberbia y un monto de cosas que han sido características claras de muchos grupos evangélicos que se han inclinado mas por el obrar humano que el de Dios.

En Lucas 10: 21-24 se puede apreciar el regocijo del Señor después de enseñarles a sus discípulos de que su gozo más que en sus obras debe reposar en que son salvos por Gracia. Es asi que el resultado del evangelismo o la reflexión del mismo debe ser una doxología clara, es decir una alabanza a Dios, que reconoce la necesidad de Dios, y agradece con dicha que el Hijo le quisiera revelar el Padre, porque solo en Jesucristo es posible ser reconciliados para ser conocidos por Dios y conocer a Dios.

Para poder comprender mejor la verdad de que sin Dios es imposible conocer a Dios es necesario recordar el pecado original de Adán que desencadenó la corrupción en el corazón del ser humano, de tal manera que le atribuyó a toda su descendencia la naturaleza pecaminosa, que en Genesis 6: 5 es comprendida desde su interior: “los pensamientos del corazón de ellos eran de continuo solamente el mal”. De esta manera la Biblia describe la condición pecaminosa del ser humano desde la caída, por lo que nadie puede buscar a Dios a menos que Dios le de vida por medio de Su Palabra.

La evangelización es esencial porque, como enseñan las Escrituras “el que cree en Él no es condenado” (Juan 3:18), es una gran diferencia decir que “no son condenados los que creen” que decir “no son condenados los elegidos”, porque la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios y es de esta manera que tiene sentido la evangelización, aun asi son los elegidos aquellos que escucharan la Palabra de Dios y creerán en El. En Hecho 16: 14, por ejemplo, se puede ver que en medio de la predicación de Pablo el Señor abrió el corazón de Lidia para que escuchara la Palabra de Dios. Pero no fue ella, por ella misma, sino Dios la que abrió su corazón para que escuchara Su Palabra.

Como un cadáver el hombre es incapaz de responder a Dios a menos que Dios le transforme para que vaya ante Él, por lo tanto el mayor milagro que Dios hace en el ser humano es darle vida. Conocer lo anterior y con mayor profundidad las Escrituras es una buena teología y toda buena teología conduce a la doxología. Por lo anterior, teniendo en cuenta que la teología de la Reforma busca someterse a la Biblia como máxima autoridad es posible concluir que el evangelismo y las misiones en la teología reformada es glorificar a Dios, alabarle y reunir al Pueblo de Dios por medio de la predicación del evangelio.

Toda la gloria se la merece solamente Dios, es asi que el evangelizar es una acción de gratitud del que evangeliza a Dios y solo a Dios, evitando llevarse una gloria que no le pertenece. Lo que debe ocupar la vida del evangelista y discipulador es prepararse para entregar sabiamente la semilla a todos. No importa en donde caiga la semilla, predica todo el evangelio a todo el mundo, el resto es trabajo de Dios, es la obra de Dios, Dios se lleva toda la Gloria


¿Cómo evangelizar?

El evangelismo tiene que ser claro como cada una de las doctrinas de la teología evangélica (1 Corintios 14: 9,33), por lo tanto es necesario reconocer qué significa evangelismo y diferenciarlo de lo que no es. El evangelismo es la enseñanza del evangelio a quienes no son salvos, y este mensaje es bueno, pero debe empezar por la Ley Moral, como dijo Ray Comfort:

Cuando hablo de usar la Ley en evangelismo, no me refiero a una mera referencia casual a la Ley. Más bien, la Ley debe ser la columna dorsal de nuestra presentación evangelística, porque su función es preparar el corazón del pecador para la gracia[10]

 La Ley moral, los 10 mandamientos, permiten que el ser humano comprenda la pecaminosidad de su pecado, por lo tanto el que busca evangelizar buena obra desea, pero debe empezar por la Ley, no por la Gracia, porque la Gracia solo se comprende si primero se explica la Ley. La Ley moral de Dios enseña a todo ser humano su pecado y aunque esto no sea agradable para muchos es el mensaje de Dios, como dijo Paul Washer “lo que la Biblia tiene que decir sobre nosotros no es halagador ni agradable, pero es acertado”.[11]

Asi tambien en el evangelismo no se debe olvidar que es Dios y no el hombre su tema central, y que para conocer quiénes somos nosotros debemos conocerlo a Él. La Ley enseña que Dios es Santo, pero el ser humano es corrompido (Romanos 8:7) culpable y condenado (Romanos 3: 23). Mas en Jesucristo (Isaías 53: 6, 2 Corintios 5: 21) Dios se contenta en perdonar a pecadores que se arrepienten y para perdonar los pecados era necesario que Jesucristo muriera en lugar del pecador que cree en El.

El mensaje del evangelio es un mandato que ordena a todo ser humano a arrepentirse y tener fe en Jesucristo (Hechos 17: 30-31). La Iglesia ha sido comisionada por su Cabeza que es Jesucristo para llamar a todo hombre al arrepentimiento y fe en Jesucristo, tanto a los que son como a lo que no son elegidos. A todos, sin excepción.

Solo en Jesucristo hay salvación (Hechos 4: 12, 1 Timoteo 2: 5), por lo que solo quienes se han arrepentido y creído en Jesucristo, son los predestinados para ser salvos, son justificados por la fe y tienen paz para con Dios por medio de Jesucristo (Romanos 5: 1). Ninguno que ha sido regenerado por Dios y justificado por fe sufrirá la condenación merecida (Romanos 8: 1)

Es necesario ser fieles, no solamente en el aprendizaje sino en la enseñanza del evangelio (Marcos 1: 15, Hechos 20: 21) para todo hombre que como “la Biblia demanda 2 cosas de todos los hombres: (1) que se arrepientan de sus pecados y (2) que confíen en la persona y obra de Jesucristo”.[12]

El arrepentimiento y la fe en Jesucristo implica el reconocimiento del pecado en su repugnancia y horror delante de Dios, no solo es una necesidad del no nacido de nuevo sino de todos, porque todo ser humano necesita arrepentirse y confiar en Jesucristo de manera incesante (Daniel 9: 4-5; Salmo 51: 3-4) por todos sus pecados, escandalosos o no, porque delante de la Santidad de Dios todos los pecados son igual de escandalosos (Salmo 51: 17; 2 Corintios 7: 9)

“porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.” 

1 Tesalonicenses 1: 9-10 (RVR 1960)


CONCLUSIÓN

La teología reformada se presenta como una teología histórica y fiel a las Escrituras que reconoce la Gracia de Dios para la humanidad a través de la historia, y su Misericordia para con quienes ha elegido, pero no concluye en el argumento popular de “no predicar el evangelio, porque igual si Dios ya eligió se van a salvar, sea que les predique o no”. Sino por el contrario, como Dios ya ha destinado de antemano a las personas que han de salvarse, el cristiano debe predicar descansando en la Soberanía de Dios, es decir, preocupándose solamente por ser fiel al mensaje.

En la teología del pacto se comprende la predestinación con el objetivo de reconocer, entre muchas cosas, que la Salvación es solo de Dios, de principio a fin, para que aquellos que han sido salvos por Gracia reconozcan con un corazón humilde y agradecido que la gloria es solo para Dios, por lo tanto el evangelismo y las misiones tienen el único objetivo de glorificar a Dios.

El evangelismo y las misiones es un mandato de Dios que debe descansar en la Soberanía de Dios, no en las estrategias humanas, porque el ser humano no es salvo por persuasiones humanas sino por la Palabra de Dios y únicamente por ella. El evangelismo y las misiones es un deber hacia Dios y hacia los demás, por lo tanto el llamado del cristiano es predicar a tiempo y fuera de tiempo (2 Timoteo 4:1-2) con mansedumbre y ternura el evangelio de Jesucristo.




BIBLIOGRAFÍA

Belda, Juan. «Reforma católica y Reforma protestante. Su incidencia cultural». Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro (2019), 6. https://doi.org/10.13035/H.2019.07.02.27

Bernardino Llorca y Ricardo García. Historia de la Iglesia Católica. Madrid, España: BAC, 1967.

Comfort, Ray. Dios tiene un plan maravilloso para tu vidaBellflower, CA: Living Waters Publications, 2010.

Eusébio de Cesaréia. Historia Eclesiástica. Cesarea.

Fox, Juan. El Libro de los Mártires. Inglaterra,1563.

Grau, José. Introducción a la Teología. Barcelona, España: CLIE, 1973.

Navarro, Ramón. “El Sacramento de la Penitencia”. Diócesis de Cartagena, 2 de marzo de 2024. https://diocesisdecartagena.org/formacion/sacramento-la-penitencia/.

Plans, Juan. "Reforma católica y Reforma protestante. Su incidencia cultural". Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro 7.2 (2019): 333-347.

Washer, Paul. El Evangelio de Cristo Jesús. Medellín, Colombia: Poiema Publicaciones, 2017.

 



[1] José Grau, Introducción a la Teología (Barcelona, España: CLIE, 1973), 16.

[2] Bernardino Llorca y Ricardo García, Historia de la Iglesia Católica (Madrid, España: BAC, 1967)

[3] Juan Fox, El Libro de los Mártires (Inglaterra,1563), 112.

[4] Belda, Juan, «Reforma católica y Reforma protestante. Su incidencia cultural», Revista de literatura y cultura del Siglo de Oro (2019), 6. https://doi.org/10.13035/H.2019.07.02.27

[5] Es importante aclarar dos puntos: en primer lugar, que la palabra reforma y/o el movimiento reformado eran conceptos muy conocidos dentro del contexto católico romano por lo para aquella que surgió desde las 95 tesis de Lutero se le ha preferido decir Reforma o Movimiento Protestante para diferenciarlo, asi como teología evangélica como sinónimo de teología reformada. En segundo lugar la palabra Huss en checo significa ganso, por eso la frase de Jan Huss.

[6] Ramón Navarro Gómez, “El Sacramento de la Penitencia”, Diócesis de Cartagena, 2 de marzo de 2024. https://diocesisdecartagena.org/formacion/sacramento-la-penitencia/.

[7] José Grau, Introducción a la Teología (Barcelona, España: CLIE, 1973), 28

[8] Confesión de Fe de Westminster (1643-1648), catecismo menor, 2.a ed. (España: Publidisa, 2013), 30

[9] Eusébio de Cesaréia, Historia Eclesiástica, (Cesarea, 324), 92

[10] Ray Comfort. Dios tiene un plan maravilloso para tu vida (Bellflower, CA: Living Waters Publications, 2010), 51

[11] Paul Washer. El Evangelio de Cristo Jesús (Medellín, Colombia: Poiema Publicaciones, 2017), 15

[12] Paul Washer. El Evangelio de Cristo Jesús, 33


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